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Retrofit: El arte de electrificar clásicos sin perder el alma

POR REDACCIÓN

Cuando el pasado abraza el futuro sobre ruedas

En un mundo donde la sostenibilidad marca el rumbo, una tendencia elegante, nostálgica y tecnológica se abre paso entre los amantes del motor: el retrofit. Electrificar coches clásicos darles una segunda vida con motor eléctrico sin alterar su estética original es hoy una forma de lujo silencioso, una declaración de estilo y un gesto de conciencia ecológica.

¿Qué es exactamente el retrofit?

El retrofit consiste en sustituir el motor de combustión de un coche clásico por un sistema de propulsión eléctrica, manteniendo la carrocería, la esencia estética y, en muchos casos, hasta el interior. No es un tuneo futurista: es una cirugía mecánica que respeta el alma del vehículo mientras lo adapta al presente. Menos emisiones, cero ruidos, más fiabilidad y acceso sin restricciones a las ciudades.

Del Mehari al Mini: los modelos más convertidos

Los modelos más populares en el mundo del retrofit combinan carisma con ligereza. El Citroën Mehari, con su aire mediterráneo y espíritu desenfadado, ha sido reinterpretado por marcas como Méhari Loisirs. El Mini clásico, el Renault 4L, el Fiat 500 o el Volkswagen Beetle son candidatos habituales: su tamaño compacto, su carga emocional y su diseño atemporal los convierten en iconos eléctricos irresistibles.

Artesanía tecnológica: talleres que hacen magia

El retrofit no es una producción en masa. Se trata de un trabajo artesanal, llevado a cabo por talleres especializados como Electrogenic (Reino Unido), Transition-One (Francia) o Little Electric Cars (España). Cada conversión puede tardar semanas o meses, e implica una reingeniería completa: nuevos motores, baterías, cableado, homologación… todo sin alterar lo esencial. El resultado: coches que conservan su encanto vintage pero se mueven con la suavidad y eficiencia de un Tesla urbano.

Legalidad y homologación: el reto regulatorio

Aunque cada vez más países permiten la homologación de vehículos electrificados, el marco legal aún presenta desafíos. En España, desde 2020 es posible legalizar un coche retrofiteado, pero el proceso puede ser costoso y complejo. Se requiere una reforma de importancia, proyectos técnicos visados y una inspección rigurosa. Aun así, la demanda no deja de crecer y las autoridades comienzan a ver el retrofit como aliado ambiental.

Lujo emocional y sostenibilidad con historia

Quien elige un coche retrofiteado no solo busca eficiencia: busca un vínculo emocional. Es el placer de conducir una joya del pasado con la tranquilidad del presente. Es un lujo sin ostentación, donde lo auténtico y lo funcional conviven. Y también es una respuesta elegante a las zonas de bajas emisiones, sin renunciar al estilo ni al legado automovilístico.

Coste y exclusividad: un capricho con conciencia

Transformar un clásico en eléctrico no es barato. Dependiendo del modelo y el nivel de personalización, el precio puede oscilar entre 15.000 y 60.000 euros. Pero para muchos, no es un gasto: es una inversión en diseño, en ecología y en diferenciación. En un mundo donde todos los coches se parecen, un clásico eléctrico es una firma personal con ruedas.

¿Moda pasajera o movimiento con futuro?

El retrofit va ganando tracción a medida que las grandes ciudades imponen restricciones a los motores térmicos. Marcas como Renault o Porsche exploran convertir este fenómeno en una nueva línea de negocio oficial. Además, con el avance de las baterías ligeras y la reducción de costes, la electrificación de clásicos podría democratizarse en los próximos años.

Volver a mirar atrás para avanzar con estilo

El retrofit no es solo una tendencia estética ni una solución técnica. Es una filosofía de vida. Es mirar al pasado con amor y al futuro con esperanza. Y sobre todo, es una forma de disfrutar del automóvil como un arte en movimiento: silencioso, limpio, eterno.

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