Lujo en estado puro entre montaña y espejo de agua

En el corazón del Parque Nacional Peneda-Gerês, donde la naturaleza se despliega con generosidad, la Casa Adpropeixe se erige como una obra maestra de la arquitectura contemporánea. Además, su ubicación privilegiada entre bosques centenarios y el embalse de Caniçada la convierte en un refugio exclusivo para quienes buscan bienestar, privacidad y contacto íntimo con la naturaleza.

Los arquitectos Carlos Castanheira y Clara Bastai concibieron este proyecto como una oda a la ligereza y la integración paisajística. Por lo tanto, la casa flota sobre 52 pilares, permitiendo que el terreno respire y la vista se expanda sin obstáculos. De este modo, logra combinar sofisticación, confort y respeto medioambiental en una sola propuesta arquitectónica.

Arquitectura elevada: Diseño que dialoga con el paisaje

La Casa Adpropeixe redefine la relación entre construcción y entorno. Por un lado, su estructura elevada sobre pilares de madera crea la sensación de suspensión; por otro lado, los suelos de cumarú, las paredes revestidas de cobre y el vidrio panorámico generan un diálogo constante con el paisaje.

Así, el acceso mediante un puente que conduce directamente a la cubierta sorprende al visitante desde el primer momento. A partir de allí, la terraza principal se abre hacia interiores amplios y diáfanos, donde la luz natural no solo ilumina, sino que también realza cada detalle del mobiliario y la arquitectura.

Experiencia sensorial: Bienestar inmerso en naturaleza

Cada estancia está diseñada para invitar al descanso y a la contemplación. Por ejemplo, las habitaciones se orientan estratégicamente para recibir la primera luz del día, mientras que las zonas comunes fluyen hacia ventanales que enmarcan el bosque y el agua.

Asimismo, el aislamiento acústico y térmico crea un microclima de serenidad absoluta. Además, senderos privados conducen a miradores y áreas de baño naturales, ofreciendo la posibilidad de reconectar con la naturaleza sin renunciar al confort.

Sustentabilidad con elegancia: El lujo responsable

Sin embargo, la belleza de la Casa Adpropeixe no se limita a su diseño. En realidad, su verdadero valor radica en el compromiso ambiental. La construcción respetó el relieve original, evitando la deforestación. De este modo, se implementó un plan de regeneración que incluyó la plantación de especies autóctonas, la limpieza del entorno y la instalación de sistemas de aprovechamiento de agua de lluvia.

En definitiva, esta combinación de lujo y sostenibilidad le valió el Premio Nacional de Arquitectura en Madera 2011, consolidándola como un referente internacional.

Un refugio para el alma

La Casa Adpropeixe no es solo un destino de alto nivel; más bien, es una experiencia que transforma. Aquí, el viajero descubre que el verdadero lujo reside en detenerse, mirar y sentir.

Este refugio suspendido sobre el Gerês recuerda que la mayor riqueza es habitar un espacio que respira al ritmo de la naturaleza. Así, cada amanecer se convierte en un espectáculo privado y cada atardecer en una obra de arte irrepetible.