Una villa de once habitaciones en el sur de Tenerife se ha convertido en noticia por redefinir el concepto de residencia privada de lujo y, al mismo tiempo, de micro-resort sostenible. La propiedad, situada entre las zonas más demandadas de Adeje y Arona, destaca tanto por sus dimensiones como por su planteamiento arquitectónico y operativo.
Un pequeño resort en formato vivienda
El complejo se organiza en una casa principal con tres suites y zonas comunes de gran amplitud, rodeada de pabellones de invitados y espacios para personal de servicio. En total, once habitaciones en suite con terrazas privadas. A ello se suman piscina desbordante de 25 metros, spa con sauna y baño de vapor, gimnasio, cocina exterior para eventos, bodega subterránea y espacios de co-working equipados con fibra y domótica.
Los jardines incorporan flora autóctona y gravas volcánicas, reduciendo el consumo de agua y generando un entorno en armonía con el paisaje. Las vistas al Atlántico se convierten en protagonistas gracias a un diseño que enmarca los atardeceres y controla la incidencia del sol.
Arquitectura y tecnología discreta
El proyecto apuesta por volúmenes blancos, líneas limpias y materiales nobles como maderas claras y piedra natural. La tecnología queda integrada: climatización aerotérmica, placas solares, reutilización de aguas grises y un sistema domótico que gestiona iluminación, seguridad y climatización por zonas.
La distribución permite tanto un uso residencial privado como la explotación turística legalizada para grupos, retiros corporativos o celebraciones íntimas. Para ello se han previsto accesos independientes, área de carga y descarga y aparcamiento cubierto con preinstalación para coches eléctricos.
Sostenibilidad y confort
El diseño prioriza la eficiencia energética, la recogida de pluviales y la instalación de aislamientos de alto rendimiento. La acústica ha sido cuidada con paneles fonoabsorbentes y la ventilación natural se combina con cristales de control solar para garantizar confort térmico.
El spa y las zonas de bienestar han sido diseñados con patios de luz y lucernarios, priorizando la estabilidad climática sin recurrir en exceso a la climatización mecánica.
Integración local y discreción
La villa busca integrarse en su entorno con proveedores de kilómetro cero, arte local rotativo y acuerdos con operadores náuticos y de naturaleza. Además, se ha trabajado un diseño de bajo perfil hacia la vía pública, con muros ajardinados y luminarias discretas, garantizando privacidad y seguridad sin impacto visual negativo.
Mercado y posicionamiento
El sur de Tenerife, con su clima estable y conexiones internacionales, se mantiene como un destino premium. La villa se posiciona para un público que busca experiencia hotelera con intimidad de hogar. Como inversión, promete alta rentabilidad gracias a su capacidad para acoger grupos y eventos exclusivos. Como residencia, ofrece un enclave seguro y conectado, con todas las comodidades para una vida privada de lujo.