Una tendencia con raíces profundas
La moda de lujo está adoptando firmemente los tonos neutros y terrosos —como arenas cálidas, terracotas apagadas, verdes oliva y cafés profundos— como uno de los ejes cromáticos más relevantes del año. Esta preferencia responde a una combinación de factores: la demanda creciente de sostenibilidad, el deseo de atemporalidad en el vestuario y una reacción al exceso visual de temporadas anteriores.
Los colores “earthy and muted”, como el marrón chocolate, el oliva o el beige, evocan estabilidad, autenticidad y conexión con la naturaleza. Este tipo de paleta se asocia con un estilo más consciente y duradero, donde el lujo se entiende como sobriedad y elegancia discreta.
Del “quiet luxury” al lujo consciente
La elección de estos colores no es únicamente estética: también refleja la evolución hacia el llamado “lujo silencioso” o quiet luxury. Este movimiento privilegia la calidad, los materiales nobles y un diseño refinado sin recurrir a logotipos ostentosos o detalles recargados.
En este contexto, los tonos neutros y terrosos funcionan como el soporte ideal. Permiten que una prenda destaque por su construcción, caída o textura, en lugar de depender del color o el estampado para atraer la atención. Además, favorecen el uso prolongado y la versatilidad, dos pilares de la moda sostenible.
Cómo se manifiesta en las pasarelas y la calle
Esta tendencia ha sido adoptada por las principales casas de lujo y también por el street style. Entre las manifestaciones más destacadas se observan:
Abrigos y trajes de corte clásico en tonos camel, topo o verde oliva, sustituyendo al negro como color neutro predominante.
Conjuntos monocromáticos en beige o arena, donde la riqueza visual proviene de la mezcla de texturas y tejidos.
Accesorios en tonos arcilla, burdeos suave o chocolate, que complementan la paleta sin romper su armonía.
Materiales naturales y sostenibles como lino, algodón orgánico o pieles recicladas, que refuerzan la sensación de autenticidad y calidez.
En definitiva, los neutros y terrosos no solo están presentes en piezas aisladas, sino que se consolidan como la base cromática de muchas colecciones para otoño-invierno 2025.
Implicaciones para las marcas y los consumidores
Para las marcas de lujo, esta paleta supone una oportunidad estratégica: transmite atemporalidad, facilita la fidelización del cliente y refuerza valores de sostenibilidad. Además, estos colores son ideales para crear colecciones cápsula o básicos de alta gama, ya que su durabilidad estética permite mantenerlos en rotación durante varias temporadas.
Para los consumidores, los beneficios también son claros. Las prendas neutras se integran fácilmente en cualquier guardarropa, permiten infinitas combinaciones y proyectan elegancia sin esfuerzo. Al mismo tiempo, fomentan un consumo más racional y duradero, donde cada compra se hace con intención y no por impulso.
La irrupción de los tonos neutros y terrosos representa mucho más que una simple tendencia: es un cambio de paradigma. En una era marcada por la velocidad y el exceso, el lujo abraza la calma, la autenticidad y la naturalidad.
Colores como la terracota, el beige cálido, el cacao o el verde musgo se convierten así en símbolos de equilibrio y sofisticación.
 
								 
															