En lo alto de Bel-Air, donde las colinas se encuentran con el cielo californiano, se erige The One, una mega mansión que no solo redefine el concepto de lujo, sino que también lo lleva al extremo absoluto. Con más de 105.000 pies cuadrados de superficie habitable, esta propiedad es más que una casa: es una declaración arquitectónica, un museo habitable, un imperio privado suspendido entre el cielo y la tierra.
Una visión faraónica
El creador de este titán inmobiliario es Nile Niami, exproductor de cine convertido en promotor visionario, quien imaginó una residencia que dejaría sin aliento incluso a los multimillonarios más exigentes del planeta. Diseñada por el renombrado arquitecto Paul McClean, «The One» tardó casi una década en completarse, con cada detalle concebido para deslumbrar.
Un reino privado
Desde su espectacular skydeck de 10.000 pies cuadrados hasta sus cinco piscinas, pasando por una pista de atletismo de 400 pies y un casino estilo Mónaco, The One no es simplemente una casa, es un resort privado de lujo extremo. Cuenta con:
- 21 dormitorios, incluyendo una suite principal de 5.500 pies².
- 42 baños con acabados en mármol importado y grifería de diseño.
- Un cine con tecnología Dolby Vision y más de 40 butacas.
- Una discoteca privada, una bolera de cuatro pistas y un spa de nivel clínico.
- Un garaje con capacidad para 30 autos, con plataformas giratorias estilo showroom.
Vistas que dominan el mundo
La propiedad ofrece una vista panorámica de 360 grados que abarca desde el océano Pacífico hasta el centro de Los Ángeles y las montañas de San Gabriel. Al caer la noche, la mansión se transforma: cada rincón se ilumina para crear una atmósfera que rivaliza con la de los hoteles más exclusivos del mundo.
El precio del exceso
«The One» fue concebida para romper récords. Se puso a la venta inicialmente por 500 millones de dólares, pero problemas financieros llevaron al proyecto a una subasta por bancarrota. En 2022, fue finalmente adquirida por Richard Saghian, CEO de Fashion Nova, por 141 millones de dólares, convirtiéndola en la venta residencial más cara jamás realizada en Estados Unidos.
Más allá del lujo
The One no es solo un símbolo del exceso moderno, sino también un testimonio de lo que la arquitectura, el diseño y la ambición pueden lograr sin límites. En una era donde el verdadero lujo reside en lo exclusivo e inimitable, esta mansión representa un hito irrepetible.
En un mundo donde la ostentación parece haber tocado techo, «The One» nos recuerda que aún existen formas de sorprender, de aspirar, de soñar en grande. Y para quienes pueden permitírselo, vivir aquí no es simplemente habitar un espacio: es habitar una obra de arte, día tras día.