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Mercedes Vision One-Eleven, poder en el futuro

POR REDACCIÓN

Herencia que inspira el futuro

El Mercedes-Benz Vision One-Eleven nace como una reinterpretación moderna del legendario C111 de los años setenta. Aunque no busca replicarlo, recupera su espíritu experimental y su ambición tecnológica. El lenguaje de diseño “One-Bow”, basado en una silueta fluida y monolítica, aporta una estética limpia, aerodinámica y escultural. Esta forma continua, sin interrupciones visuales, conecta pasado y futuro en un solo trazo. A través de esta estética, Mercedes-Benz demuestra que la historia puede ser un punto de partida para crear algo completamente nuevo.

Evolución del diseño con identidad propia

A medida que se observa el exterior, se percibe una combinación de elegancia minimalista y presencia imponente. El color naranja satinado contrasta con detalles negros profundos, evocando el carácter atrevido del C111 original. Las puertas en forma de ala de gaviota refuerzan su ADN icónico, mientras que los grupos ópticos traseros en formato pixelado revelan su lado digital. Este contraste entre lo retro y lo futurista crea una identidad visual única. Además, el coche mantiene proporciones extremadamente bajas, con apenas 1,17 metros de altura, lo que acentúa su perfil deportivo y su intención clara: ser un objeto de deseo antes que un simple medio de transporte.

Tecnología como declaración de lujo

Con el Vision One-Eleven, Mercedes-Benz redefine el concepto de lujo desde la innovación. No se trata solo de acabados o exclusividad, sino de ingeniería avanzada aplicada a la emoción. Por esta razón, incorpora motores eléctricos de flujo axial desarrollados por YASA, una tecnología más compacta y ligera que la de los motores radiales tradicionales. Gracias a esta arquitectura, el rendimiento se optimiza sin sacrificar espacio ni eficiencia. Al mismo tiempo, la marca utiliza una batería con celdas cilíndricas y refrigeración líquida inspirada en su experiencia en Fórmula 1, lo que demuestra cómo el alto rendimiento puede convivir con la sostenibilidad.

Transición hacia una nueva era deportiva

Uno de los aspectos más llamativos del Vision One-Eleven es su enfoque hacia el futuro de los superdeportivos eléctricos. Aunque todavía es un prototipo, introduce elementos que podrían trasladarse a modelos de producción, especialmente dentro del universo AMG. Si bien Mercedes no ha revelado cifras de potencia o autonomía, el uso de motores axiales y tecnologías de competición anticipa que el rendimiento será uno de sus pilares fundamentales. Así, el coche no solo representa una visión estética, sino también un laboratorio móvil que redefine cómo se sentirá la potencia en la era eléctrica.

Interior como experiencia sensorial

Al abrir las puertas, el habitáculo rompe con las convenciones tradicionales. El interior funciona como un lounge tecnológico con una combinación de minimalismo visual y materiales premium. El tablero es una única pantalla de formato panorámico que elimina el exceso de botones y permite una lectura clara y elegante de la información. Para mejorar la ergonomía, el volante adopta un diseño rectangular inspirado en los monoplazas de competición, integrando mandos giratorios que priorizan funcionalidad y control. Además, en modo autónomo, los asientos se reclinan para transformar el interior en un espacio de relajación. Esta flexibilidad demuestra que el lujo del futuro no es estático, sino adaptable al estado de ánimo del conductor.

Conexión entre realidad física y digital

El Vision One-Eleven también explora nuevas formas de interacción. Mercedes-Benz propone el uso de realidad aumentada mediante gafas AR que proyectan información directamente en el campo visual del usuario. Esta integración entre mundo físico y digital sugiere una conducción más intuitiva y envolvente. En lugar de saturar con pantallas, la marca apuesta por una experiencia inmersiva pero discreta, en la que la tecnología se percibe solo cuando es necesaria. Este enfoque transforma la innovación en una extensión natural del vehículo.

Del laboratorio a la pasarela

Aunque es un prototipo, el Vision One-Eleven ya ha tenido presencia en eventos de alto prestigio, como el Mutua Madrid Open o la Mercedes-Benz Fashion Week. Su aparición en contextos de moda, arte y diseño confirma que la marca lo concibe no solo como vehículo, sino como pieza cultural. En este sentido, su valor simbólico es enorme: representa cómo el automóvil de lujo puede dialogar con otras disciplinas creativas.

Un icono en construcción

El Mercedes-Benz Vision One-Eleven no está confirmado para producción, pero su influencia es inevitable. Podría dar origen a una nueva generación de deportivos eléctricos que combinen herencia, tecnología y emoción. Más allá de su impacto comercial, este concepto redefine qué significa ser un icono en el siglo XXI. No se trata de replicar el pasado, sino de transformarlo en inspiración para el futuro. El Vision One-Eleven demuestra que el verdadero lujo no es simplemente poseer un objeto excepcional, sino anticipar lo que otros aún no se atreven a imaginar

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