Un paraíso escondido en el Índico

Entre aguas turquesas y arenas doradas, la Isla de los Ciervos, conocida en francés como Île aux Cerfs, se alza como uno de los rincones más deslumbrantes del océano Índico. Situada frente a la costa este de Mauricio, esta isla de apenas 87 hectáreas deslumbra por su belleza natural, sus playas infinitas y la serenidad que ofrece a quienes buscan desconectar del mundo.

En un principio, la isla fue un refugio de caza durante la época colonial francesa, cuando se introdujeron ciervos de Java que hoy ya no habitan allí. Sin embargo, el nombre y la magia permanecen intactos, atrayendo a miles de viajeros cada año.

Cómo llegar: del puerto al paraíso

Llegar a la Isla de los Ciervos es una aventura corta pero inolvidable. Desde el pintoresco pueblo de Trou d’Eau Douce, pequeñas lanchas y catamaranes cruzan la laguna en apenas quince o veinte minutos. Durante el trayecto, el mar parece transformarse en una paleta de tonos cambiantes, desde el azul profundo hasta el verde esmeralda.

Además, los operadores turísticos ofrecen excursiones que incluyen almuerzo criollo, actividades acuáticas y música local. No obstante, quienes desean quedarse más tiempo deben organizar el transporte de regreso con antelación, pues los servicios de lancha suelen finalizar antes del atardecer. Por lo tanto, planificar el viaje con cuidado es fundamental si se quiere dormir en este pedazo de paraíso.

Dormir en la Isla de los Ciervos: entre el lujo y la exclusividad

Hasta hace pocos años, la isla se consideraba un destino de excursión diurna. Sin embargo, en los últimos tiempos han surgido opciones exclusivas para pasar la noche en Île aux Cerfs o en su entorno más cercano.

Aunque no existen grandes resorts directamente sobre la arena, algunas villas privadas y alojamientos boutique cercanos permiten disfrutar de la isla como si fuera propia. Los visitantes pueden despertarse con vistas al mar y llegar en minutos a la playa mediante servicio de lancha privada.

Entre las alternativas más destacadas se encuentran villas con piscina privada y hoteles en la costa este que ofrecen acceso exclusivo a la isla. En general, los precios por noche oscilan alrededor de los 250 euros o más, según el nivel de confort y los servicios incluidos. Por consiguiente, quienes buscan privacidad y contacto directo con la naturaleza encontrarán aquí un equilibrio perfecto entre aislamiento y comodidad.

Qué hacer: mucho más que sol y playa

A primera vista, Île aux Cerfs podría parecer un destino ideal únicamente para tumbarse al sol y relajarse, pero la isla ofrece mucho más que eso.

Los más aventureros pueden practicar parasailing, kayak, snorkel o esquí acuático, mientras que los amantes del golf disponen de un campo de dieciocho hoyos diseñado por el campeón Bernhard Langer, considerado uno de los más espectaculares del mundo.

Por otro lado, quienes prefieren la calma pueden disfrutar de caminatas entre los manglares o de un baño en las tranquilas aguas de la laguna. Y cuando el hambre aprieta, varios restaurantes junto a la playa sirven platos típicos mauricianos: mariscos frescos, curry de pescado y zumos tropicales.

En definitiva, cada momento en la isla invita a disfrutar del tiempo sin prisas, al ritmo del mar.

Viajar a la Isla de los Ciervos y dormir allí no es solo un lujo, sino una auténtica aventura sensorial. Combina naturaleza intacta, mar turquesa, tranquilidad absoluta y una pizca de exclusividad. Con una buena planificación, puede convertirse en uno de esos lugares que dejan una huella permanente en la memoria del viajero.

Porque, al final, dormir en Île aux Cerfs no es solo descansar: es despertar dentro de un sueño tropical.