Un ícono arquitectónico y cinematográfico en el corazón de Barcelona

Barcelona vuelve a captar la atención del mercado inmobiliario internacional con la puesta en venta de una de sus propiedades más emblemáticas: la majestuosa villa que sirvió de escenario para la película Vicky Cristina Barcelona (2008), dirigida por Woody Allen. Con un precio aproximado de 28,3 millones de dólares —unos 25 millones de euros—, esta residencia combina historia, arte y exclusividad en el prestigioso barrio del Turó del Putxet.

Herencia arquitectónica de Enric Sagnier

Diseñada en 1917 por el reconocido arquitecto Enric Sagnier, la casa es un ejemplo representativo del eclecticismo catalán de principios del siglo XX. Su estilo combina elementos renacentistas, platerescos y modernistas, con balcones de hierro forjado, ventanales arqueados y detalles ornamentales que la convierten en una auténtica joya patrimonial.
Además, esta mezcla de estilos otorga a la vivienda una presencia majestuosa que evoca tanto la historia local como el refinamiento europeo de su época.

Espacios amplios y vistas espectaculares

Con una superficie aproximada de 1.000 m² distribuidos en tres plantas, la villa ofrece siete dormitorios y siete baños.
El nivel principal destaca por su gran salón-comedor con chimenea y una galería luminosa que conduce a una terraza panorámica. Desde allí se accede a una piscina tallada en la roca natural del monte Putxet, rodeada de vegetación y privacidad.

Por otro lado, la suite principal ocupa casi todo el primer piso, con dos vestidores, un baño de lujo y una terraza privada con vistas a toda la ciudad de Barcelona. La propiedad también incluye cocina con zona de desayuno, bodega, y áreas de servicio cuidadosamente integradas.

De la gran pantalla al mercado de lujo

Más allá de su valor arquitectónico, la villa debe parte de su fama al cine. Fue en este espacio donde se rodaron algunas de las escenas más memorables de Vicky Cristina Barcelona, protagonizada por Penélope Cruz, Javier Bardem, Scarlett Johansson y Rebecca Hall.
Por consiguiente, la propiedad ha pasado a formar parte del imaginario cultural contemporáneo, y su venta representa no solo una operación inmobiliaria, sino también una oportunidad de adquirir un pedazo de historia cinematográfica.

Una ubicación privilegiada

Situada en lo alto del Turó del Putxet, la villa disfruta de vistas ininterrumpidas sobre la ciudad y el mar.
El barrio es conocido por su tranquilidad, su ambiente familiar y su cercanía tanto al centro urbano como a la naturaleza del monte Tibidabo.
Esta combinación de privacidad, prestigio y conectividad convierte la propiedad en un enclave ideal para compradores internacionales de alto perfil.

Un símbolo de lujo, arte e historia

En resumen, esta residencia reúne todos los elementos que definen el verdadero lujo: historia, diseño, exclusividad y localización.
Como resultado, no es solo una casa, sino una obra de arte habitable que refleja la evolución arquitectónica de Barcelona y su papel en la cultura global.
Con su legado cinematográfico y su belleza intemporal, esta villa está destinada a captar la atención de coleccionistas, inversores y amantes del patrimonio.