En el corazón de la capital francesa, donde moda, arte y rebeldía se entrelazan, Zadig & Voltaire presenta su más reciente creación. Más que una fragancia, se trata de un manifiesto, una extensión invisible del universo de la maison, que encarna su espíritu de libertad, sofisticación y sostenibilidad.
Una composición olfativa que rompe moldes
Concebida por las perfumistas Amandine Clerc-Marie y Florian Gallo, ZADIG desafía las convenciones olfativas. El jugo se despliega en un contraste inédito de texturas:
Notas de salida: semillas de sésamo blanco y negro, un acorde gourmand y mineral que despierta los sentidos.
Corazón: flor de azahar y neroli, evocando la frescura mediterránea con un giro contemporáneo.
Fondo: jengibre especiado, que aporta calidez y magnetismo.
El resultado es una fragancia dual, entre la suavidad etérea y la fuerza terrenal, reflejo de la dualidad que siempre ha caracterizado el ADN de Zadig & Voltaire: rockera y delicada, audaz y refinada.
El frasco: diseño, sostenibilidad y símbolo
El envase del nuevo perfume es tan protagonista como el elixir que contiene. Rompe con la verticalidad clásica para desplegarse en horizontal, con líneas puras y modernas. En el vidrio se inscribe el emblema de las alas Zadig, metáfora de libertad y vuelo.
Pero más allá de lo estético, el frasco apuesta por la responsabilidad ambiental: es recargable, alineado con el programa sostenible de la maison, VoltAIRe. Esta decisión convierte cada botella en un objeto perdurable, en vez de un simple contenedor efímero, y responde a la exigencia de un consumidor de lujo cada vez más consciente.
La campaña: energía, espontaneidad y libertad
Para dar vida a este lanzamiento, Zadig & Voltaire confió en el fotógrafo Angelo Pennetta, cuya lente captura la esencia de lo instantáneo. Las imágenes de campaña, vibrantes y desenfadadas, muestran a una mujer Zadig en movimiento: libre, urbana, con una fuerza magnética que oscila entre la irreverencia y la sobriedad.
Este storytelling visual no busca retratar una perfección estática, sino transmitir la energía de un estilo de vida donde cada gesto es auténtico y cada detalle refleja carácter.
Un perfume como extensión del estilo Zadig
Para Thierry Gillier, fundador y director creativo de la casa, ZADIG no es un producto accesorio, sino un lenguaje invisible que completa la estética Zadig & Voltaire.
“Una fragancia no viste el cuerpo, viste el alma. ZADIG es la traducción invisible de nuestra visión: un lujo relajado, libre y eterno”, afirmó Gillier en la presentación.
Así, la maison convierte la perfumería en un territorio estratégico, capaz de llegar a audiencias que buscan no solo moda, sino un estilo de vida coherente, sensual y contemporáneo.
Lujo sensorial y consciente
El nuevo perfume de Zadig & Voltaire consolida un camino donde moda y fragancia se funden en un mismo universo narrativo. Es un gesto audaz: un perfume que se proclama símbolo de identidad, una declaración olfativa para quienes conciben el lujo como un espacio de libertad, estética y compromiso.