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El Pedrusco de Aldealcorvo: La tradición segoviana que conquista

POR REDACCIÓN

Un asador con historia familiar

En el corazón del barrio madrileño de Chamberí, el restaurante El Pedrusco de Aldealcorvo se ha consolidado como uno de los grandes referentes de la cocina castellana en la capital. Fundado hace más de cuatro décadas por Antonio de Pedro y Sagrario Meño, el local mantiene intacto el espíritu familiar que lo vio nacer. Hoy, sus hijos, Gonzalo y Antonio de Pedro, dirigen con orgullo esta segunda generación que ha sabido equilibrar el respeto a la tradición con las exigencias del comensal contemporáneo.

El alma del restaurante sigue siendo su horno de leña centenario, trasladado piedra a piedra desde el pequeño pueblo segoviano de Aldealcorvo. En él se asan lentamente el cochinillo y el cordero lechal, platos que se han convertido en auténticos emblemas del lugar.

Reconocimiento y prestigio

Con el paso del tiempo, El Pedrusco ha ido cosechando el reconocimiento de los principales críticos gastronómicos. Su reciente incorporación a la Guía Michelin y a la Guía Repsol confirma su posición entre los mejores asadores de Madrid. Asimismo, la prensa especializada ha elogiado su capacidad para conservar la esencia de los antiguos mesones castellanos sin renunciar a una presentación cuidada y un servicio atento.

Por otro lado, las reseñas de los comensales refuerzan ese prestigio: en plataformas como The Fork, el restaurante alcanza puntuaciones cercanas al sobresaliente. Este éxito se explica, entre otros factores, por la combinación de producto de calidad, técnica precisa y un ambiente acogedor que invita a la conversación y la sobremesa.

Sabores que evocan la tradición

La carta de El Pedrusco de Aldealcorvo gira en torno al fuego y la materia prima. El cordero lechal y el cochinillo asado a la leña son sus protagonistas indiscutibles, acompañados de entrantes que rinden homenaje a la cocina castellana: torreznos asados y fritos en aceite de oliva virgen extra, ensaladilla de atún y pulpo o espárragos blancos de temporada.

Además, su bodega ofrece más de 150 referencias cuidadosamente seleccionadas, con vinos españoles de autor y etiquetas internacionales que complementan a la perfección los sabores intensos de la carne asada.

Un ambiente castizo y elegante

El restaurante combina la calidez del ladrillo y la madera con una decoración sobria que evoca los antiguos mesones segovianos. Sin embargo, el resultado no es rústico sino elegante. La atención personalizada y el ritmo pausado del servicio refuerzan una experiencia que invita a disfrutar sin prisas.

Asimismo, los responsables del local subrayan que su objetivo no es sólo servir buena comida, sino mantener viva la cultura del asado tradicional, un arte que requiere tiempo, paciencia y respeto por el producto.

La vigencia de un clásico

En definitiva, El Pedrusco de Aldealcorvo se ha ganado un lugar de honor dentro de la oferta gastronómica madrileña. En un tiempo en que proliferan las cocinas de fusión y las tendencias efímeras, este asador demuestra que la autenticidad y la constancia siguen siendo ingredientes indispensables para triunfar. Su horno de leña, encendido cada día con la misma dedicación que hace cuarenta años, continúa siendo el símbolo de una pasión que no se apaga.

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