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El Palacio Contemporáneo de Los Ángeles

POR REDACCIÓN

Bel Air, California. En lo alto de las colinas angelinas, donde el lujo no conoce límites, emerge La Fin, una mansión sin parangón diseñada para coronar el estilo de vida más exclusivo del planeta. Más que una casa, La Fin representa el final de toda búsqueda inmobiliaria. Con una etiqueta que rozó los 139 millones de dólares —ahora ajustada a 119 millones— esta obra maestra redefine la experiencia de habitar.

Arquitectura para deslumbrar

La Fin se extiende a lo largo de más de 3.700 m² de construcción. Su gran vestíbulo da paso a una escalera de caracol monumental que atraviesa tres niveles. Suspendido desde el techo, un candelabro de más de 13 metros compuesto por 50 000 cristales Swarovski cuelga como joya central, valorado en más de un millón de dólares.

Cada uno de sus 12 dormitorios y 17 baños fue concebido para impresionar: domótica de última generación, revestimientos en mármol importado, iluminación artística y mobiliario de diseño italiano completan una estética donde lo clásico y lo futurista conviven en armonía.

El reino del entretenimiento

Lo que realmente distingue a La Fin es su apuesta por el espectáculo y la experiencia sensorial total:

  • Sala de autos rotativa: una plataforma giratoria dentro de la propia casa exhibe seis superdeportivos, visible desde la pista de baile del club subterráneo.
  • Club nocturno privado: más de 550 m² dedicados al ocio con cabina de DJ, iluminación profesional, barra y lounge.
  • Sala de cata de vodka sub-zero: un espacio térmicamente controlado, con abrigos de piel incluidos, diseñado para degustar vodka premium a temperaturas polares.
  • Salón de cigarros: humidor climatizado con paredes en cedro, iluminación tenue y mobiliario lounge para sibaritas del tabaco.

Confort en estado puro

Para los amantes del bienestar, la mansión incluye un gimnasio de alta gama, muro de escalada indoor, spa, sauna y zona de yoga. El cine privado cuenta con butacas de cuero belga y sonido envolvente, mientras que la pantalla LED de 7 metros junto a la piscina infinita permite disfrutar películas al aire libre en noches de verano.

El exterior no se queda atrás: la piscina de borde infinito se funde con el horizonte californiano, escoltada por una chimenea de diseño y áreas de descanso al aire libre. Un oasis donde el cielo de Los Ángeles se convierte en telón de fondo diario.

Tecnología, seguridad y privacidad

La Fin no escatima en protección ni sofisticación. Cristales blindados, reconocimiento biométrico, ascensores ocultos y más de 36 cámaras de seguridad garantizan privacidad total. A ello se suma una residencia para personal y casa de invitados, ambas discretamente integradas.

¿El fin del lujo… o el principio?

Con vecinos como Beyoncé, Elon Musk o Jeff Bezos, Bel Air sigue siendo la meca de la exclusividad. Pero La Fin lleva ese concepto aún más lejos: representa no solo el “fin” de la búsqueda inmobiliaria perfecta, sino también el principio de una vida reservada para quienes no conocen límites.

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