Un templo en San Sebastián
En lo alto de San Sebastián, entre tradición y vanguardia, se alza uno de los templos más icónicos de la gastronomía mundial: Arzak. Fundado hace más de un siglo como una taberna familiar, fue bajo la visión de Juan Mari Arzak, y hoy con el impulso de su hija Elena, cuando se convirtió en referencia global de la alta cocina. Su cocina no solo alimenta: cuenta historias, evoca memorias y proyecta el futuro de la gastronomía vasca.
Cincuenta años de estrellas Michelin
El pasado año, Arzak celebró un hito histórico: cincuenta años desde la obtención de su primera estrella Michelin. Desde 1989 mantiene, de manera ininterrumpida, las tres estrellas de la guía más prestigiosa del mundo, una proeza al alcance de muy pocos restaurantes. En una gala celebrada en el Aquarium de Donostia, se rindió homenaje a Juan Mari, Elena y a todo un equipo que ha hecho posible medio siglo de excelencia.
El relevo generacional
Hoy, el relevo está asegurado. Elena Arzak, formada en las mejores cocinas del mundo y reconocida en 2012 como la mejor chef femenina del mundo, dirige la creatividad del restaurante con la misma pasión heredada de su padre. La complicidad entre ambos se refleja en cada plato: mientras Juan Mari sigue aportando visión y memoria, Elena imprime frescura, nuevas técnicas y un lenguaje contemporáneo que conecta con las tendencias globales.
Creaciones que marcan una época
Entre las recetas icónicas de Arzak destaca el Pudding de Kabrarroca, ideado en 1971 y convertido en un símbolo de la cocina vasca moderna. Este plato, sencillo y sofisticado a la vez, ha regresado recientemente como un guiño a la memoria culinaria, recordando que la innovación no se entiende sin raíces firmes. La carta de Arzak es un viaje en constante mutación, donde cada estación inspira aromas, texturas y presentaciones que sorprenden y emocionan.
Reconocimientos internacionales
Más allá de sus estrellas Michelin, Juan Mari Arzak ha sido nombrado Chef Mentor 2024 por la Guía Michelin, un título que reconoce su influencia como formador e inspirador de nuevas generaciones. Su legado trasciende lo gastronómico: es un referente cultural que ha marcado la forma de entender la cocina en todo el mundo.
La experiencia Arzak
Cenar en Arzak es vivir un ritual. El comedor, sobrio y elegante, equilibra modernidad y tradición, mientras la bodega, con más de cien mil botellas, invita a un maridaje que es puro lujo enológico. Cada detalle, desde el servicio hasta la vajilla, está diseñado para ofrecer una experiencia que trasciende lo efímero. En cada mesa, lo gastronómico se convierte en arte.
Un lujo con conciencia
Arzak no es solo exclusividad, también es compromiso. Su cocina se nutre de productores locales, marineros y agricultores de confianza, reforzando el tejido cultural y económico del País Vasco. En tiempos de debate sobre el futuro de la alta cocina, el restaurante demuestra que el verdadero lujo está en la responsabilidad y el respeto al origen de cada producto.
La eternidad de un sueño
Con 83 años recién cumplidos, Juan Mari Arzak sigue siendo un soñador incansable. Junto a Elena, lidera un proyecto que trasciende la gastronomía para convertirse en símbolo universal de excelencia. Arzak es patrimonio vivo, destino imprescindible para quienes buscan experiencias únicas, memorables y exclusivas.