Madrid cuenta con rincones gastronómicos que marcan tendencia y otros que se convierten en clásicos. El Paraguas pertenece a este segundo grupo. Situado en la elegante calle Jorge Juan, en pleno Barrio de Salamanca, este restaurante ha logrado conquistar tanto a los madrileños como a visitantes internacionales gracias a una propuesta donde tradición y sofisticación caminan de la mano.

Desde su apertura en 2004, de la mano de Sandro Silva y Marta Seco, el restaurante ha sido considerado el inicio de un imperio gastronómico que más tarde daría lugar a proyectos tan emblemáticos como Amazónico o Ten con Ten. Sin embargo, El Paraguas conserva ese aire de primera joya, de lugar fundacional que representa el origen de todo.

Un lugar elegido por celebridades

Pero el interés que despierta El Paraguas no se limita a la temporada festiva. A lo largo del año, son numerosas las personalidades que lo escogen para sus cenas más privadas. En febrero, por ejemplo, Paloma Cuevas y Luis Miguel disfrutaron de una velada en este enclave, reforzando la imagen del local como punto de encuentro predilecto para celebridades.

Así, el restaurante se convierte no solo en un destino gastronómico, sino también en un termómetro social de la capital.

La filosofía de su cocina

Lo que diferencia a El Paraguas es, sin duda, su cocina. La propuesta gastronómica parte de una base asturiana, pero está reinterpretada con técnicas actuales y productos de una calidad excepcional.

Entre los platos más reconocidos se encuentran las verdinas con faisán o centollo, la fabada de lujo, las colmenillas rellenas de foie, los pescados como el pixín o el bacalao y las carnes como el solomillo o el cordero lechal. A ello se suma una repostería clásica que incluye propuestas como la tarta de manzana templada y el soufflé de chocolate, que cierran la experiencia con un toque de dulzura refinada.

Una carta de vinos a la altura

La experiencia no estaría completa sin su carta de vinos. Con referencias nacionales e internacionales, cada elección ha sido pensada para maridar a la perfección con los platos del menú. Esto convierte la visita en un recorrido no solo culinario, sino también enológico, apreciado por clientes exigentes y entendidos.

El lujo en la discreción

Si bien la propuesta gastronómica es su corazón, el ambiente es su sello. El Paraguas apuesta por un lujo discreto, con maderas nobles, lámparas clásicas e iluminación cálida. Todo ello genera una atmósfera sofisticada sin excesos, que invita a la conversación y al disfrute.

No sorprende, por tanto, que se haya convertido en un refugio para figuras de la política, la cultura y el mundo empresarial, que encuentran aquí un lugar donde la discreción es parte del servicio.

Un referente de la gastronomía madrileña

Con más de veinte años de trayectoria, El Paraguas se ha consolidado como una institución que trasciende la gastronomía. Su influencia se extiende más allá de sus platos, marcando tendencias y consolidando un modelo de restauración que combina tradición, sofisticación y constancia.

Hoy, quienes cruzan sus puertas no solo buscan una comida, sino una experiencia que se convierte en recuerdo, en símbolo de la elegancia madrileña y en parte esencial de su vida social.