La Comisión Europea ha relajado las obligaciones de información de los Estados miembro sobre sus relaciones financieras con las empresas de propiedad estatal, con lo que pone fin a la exigencia de presentar informes anuales.
Bruselas defiende que de este modo aliviará las cargas administrativas para los gobiernos europeos y de las empresas manufactureras.
El cambio se aplica a través de una directiva por la que se modifica la norma sobre la transparencia de las relaciones financieras entre los Estados miembro y las empresas estatales, con el fin de reducir las obligaciones de información innecesarias.
Esta medida contribuye al objetivo de la Comisión de reducir en un 25% las cargas asociadas a los requisitos de información, sin menoscabo de los objetivos políticos.
No obstante, las normas actualizadas siguen garantizando la transparencia de las relaciones financieras entre los países de la UE y las empresas estatales, al mantener las condiciones establecidas para garantizar la transparencia de las transacciones financieras.