Corporate

Fairfield Pond: El palacio privado más imponente de América

POR REDACCIÓN

En el corazón de los Hamptons, una de las zonas más codiciadas y exclusivas de Estados Unidos, se encuentra Fairfield Pond, la que es considerada una de las mansiones privadas más grandes y costosas del mundo. Esta colosal propiedad, ubicada en Sagaponack, Nueva York, pertenece al empresario e inversionista multimillonario Ira Rennert y ha sido desde sus inicios una fuente tanto de admiración como de controversia.

Con un valor estimado de 250 millones de dólares, esta residencia se ha convertido en un símbolo de opulencia moderna, diseñada para ofrecerlo absolutamente todo sin necesidad de salir de su perímetro.

Un imperio residencial frente al océano

Fairfield Pond se asienta sobre un terreno de más de 25 hectáreas que se extienden majestuosamente hasta el Atlántico. La mansión principal, de estilo renacentista italiano, ocupa aproximadamente 10.000 m², convirtiéndose no solo en una vivienda, sino en un complejo autosuficiente con instalaciones dignas de un resort de lujo o incluso una ciudad privada.

Dentro de la residencia se distribuyen 29 habitaciones, 39 baños, un comedor de 27 metros de largo, y un teatro privado para 164 personas. Pero eso apenas rasca la superficie. Fairfield Pond también presume de tener:

  • Una bolera de dos carriles.
  • Tres piscinas (interiores y exteriores).
  • Canchas de tenis, squash y baloncesto techado.
  • Un garaje con capacidad para 100 vehículos.
  • Un museo privado de arte con un valor estimado en 500 millones de dólares.
  • Una planta de energía propia, que garantiza el suministro eléctrico de toda la propiedad sin depender del exterior.

Una mansión marcada por la polémica

Aunque actualmente se considera un emblema del lujo arquitectónico estadounidense, la historia de Fairfield Pond no ha estado exenta de críticas. Desde sus inicios en los años 90, los residentes de los Hamptons manifestaron su preocupación por el impacto ecológico, la escala de la construcción y las implicancias legales que envolvieron a su propietario.

De hecho, en 2017, Ira Rennert fue acusado de financiar la construcción de esta megaresidencia con fondos desviados de su empresa Magnesium Corporation of America (MagCorp), lo que le llevó a ser condenado a pagar más de 213 millones dedólares en un fallo civil. Además, este caso provocó que el municipio de Southampton adoptara nuevas leyes urbanísticas para limitar el tamaño de futuras viviendas.

Para muchos, Fairfield Pond es la máxima expresión del “sueño americano” llevado al extremo. Lo cierto es que esta mansión ha redefinido lo que significa vivir con lujo y ha marcado un antes y un después en el urbanismo residencial de la costa este.

El acceso a la propiedad es casi imposible para el público general. Vista desde el aire o desde el mar, aparece como un oasis privado donde el tiempo parece detenido entre el mármol, los viñedos y las aguas turquesas de sus piscinas.

" "

Lo más leído

,
" "