En los últimos años, el universo del lujo ha presenciado una transformación silenciosa pero impactante: la irrupción definitiva del athleisure como símbolo de estatus. Lo que comenzó como una extensión casual del vestuario deportivo se ha convertido en un manifiesto de estilo, salud y poder adquisitivo. Y en el centro de esta revolución, una marca ha logrado destacar con una identidad propia: Sporty & Rich.

Creada por la canadiense Emily Oberg, Sporty & Rich nació como un moodboard digital en Instagram. Inspirado en imágenes de los años 80 y 90 —tenistas en el country club, runners de élite, editoras de moda en entrenamiento—, su estética nostálgica se convirtió en un lenguaje visual poderoso que conecta con una nueva generación de consumidores de lujo.

La marca no tardó en convertirse en objeto de culto. Con mensajes como «Be Nice. Get Lots of Sleep. Drink Water.», Sporty & Rich construyó una narrativa aspiracional que combina bienestar, belleza minimalista y exclusividad. Las sudaderas, los conjuntos de felpa orgánica y los polos con detalles retro pronto se posicionaron entre las piezas más codiciadas por it girls, modelos y editoras de moda.

El Lujo del autocuidado

Lo que diferencia al athleisure de lujo del resto del mercado es su capacidad para comunicar estilo de vida. No se trata solo de vestir cómodamente, sino de proyectar una existencia dedicada al autocuidado, al ejercicio consciente y al tiempo libre como privilegio. Es la nueva ostentación silenciosa, una estética que dice: “tengo los medios y el tiempo para cuidar de mí”.

Esta filosofía conecta directamente con los valores que impulsan el consumo de lujo actual: sostenibilidad, bienestar y autenticidad. No es casual que marcas como Sporty & Rich fabriquen en Portugal con algodón orgánico, o que sus campañas se ambienten en entornos como piscinas de hotel, gimnasios boutique y pistas de tenis con luz dorada.

Colaboraciones con pedigrí

El ascenso de Sporty & Rich al panteón del lujo se consolidó con colaboraciones estratégicas. En 2025, su colección cápsula con Adidas Originals redefinió el estilo retro-fitness, con prendas inspiradas en los clubes deportivos europeos. La paleta de colores —blancos crema, azul hielo, burdeos— evocaba tardes eternas en resorts privados.

Otra alianza notable fue con el emblemático Hotel du Cap-Eden-Roc, donde se lanzaron prendas para uso exclusivo durante la temporada alta de la Riviera Francesa. Sudaderas bordadas con el logo del hotel, shorts de felpa y toallas de playa firmadas por la marca se agotaron en cuestión de días, reforzando el aura de exclusividad.

El fenómeno del athleisure de lujo no se limita a esta marca. Gigantes como Dior, Chanel y Louis Vuitton han reinterpretado el código deportivo en sus colecciones recientes. Sneakers con acabados de alta costura, joggers en cashmere y chaquetas de entrenamiento con detalles en piel exótica forman parte de este nuevo guardarropa híbrido que borra los límites entre gimnasio, brunch y jet privado.

Incluso casas históricas como Brunello Cucinelli o Loro Piana han abrazado esta corriente, priorizando la comodidad sin renunciar al savoir-faire artesanal. Porque en 2025, la elegancia también se mide en gramos de algodón peinado y costuras invisibles.

El futuro del estilo exclusivo

Todo indica que esta tendencia ha llegado para quedarse. En una era donde el confort se equipara al lujo, el athleisure se convierte en la nueva formalidad de la vida relajada, donde cada prenda refleja una decisión consciente de estilo, salud y estatus. Ya no es necesario vestir traje para parecer influyente. Basta con unas zapatillas bien diseñadas, un conjunto de felpa minimalista y una botella de agua filtrada de diseño para declarar pertenencia a una élite contemporánea.

Y en ese mundo, Sporty & Rich reina con una fórmula única: combinar lo deportivo con lo deseable, el bienestar con la estética, y la nostalgia con la innovación. Porque, como bien lo saben sus seguidores, verse bien nunca había sido tan cómodo.