El laboratorio estadounidense Pfizer cerró el tercer trimestre del año con unas pérdidas netas atribuidas de 2.382 millones de dólares (2.253 millones de euros) frente a los beneficios de 8.608 millones de dólares (8.141 millones de euros) obtenidos en el mismo periodo de 2022.

La cifra de negocio también cayó en un 41,5%, hasta los 13.232 millones de dólares (12.514 millones de euros), entre julio y septiembre.

Por divisiones, el negocio de atención primaria generó 6.287 millones de dólares (5.946 millones de euros), un 60,3% menos, y el área de cuidados especializados facturó 3.757 millones de dólares (3.553 millones de euros), un 10,4% más, mientras que el área de oncología brindó 2.885 millones de dólares (2.728 millones de euros), un 6% menos. La innovación tecnológica aportó 302 millones de dólares (285,6 millones de euros).

En concreto, Pfizer ha explicado que la «caída esperada» en las entradas por los productos para el Covid-19, como el Paxlovid o la vacuna Comirnaty, condicionaron el desplome de los ingresos. Las ventas de fármacos no relacionados con el coronavirus crecieron un 10%.

Del lado de los costes, los de ventas alcanzaron los 9.269 millones de dólares (8.766 millones de euros), un 52,9% más. Después, los de venta, información y administrativos, y los de I+D se situaron en los 3.281 millones de dólares (3.103 millones de euros) y 2.711 millones de dólares (2.564 millones de euros), respectivamente. Estas cifras fueron un 3,2% inferiores y un 0,6% superiores a las contabilizadas doce meses antes.

Ya durante los primeros nueve meses, Pfizer se anotó unos beneficios de 5.488 millones de dólares (5.190 millones de euros), un 79,2% menos, y unos ingresos de 44.247 millones de dólares (41.846 millones de euros), un 41,8% menos.

La empresa ha confirmado sus previsiones para el conjunto del ejercicio, por lo que anticipa unos ingresos de entre 58.000 millones y 61.000 millones de dólares (entre 54.852 y 57.689 millones de euros).